Uno de los síntomas centrales de quienes tienen diagnóstico de Trastorno por Estrés Post-Traumático (TEPT) es la presencia de recuerdos traumáticos recurrentes e intrusivos. Esto significa que en momentos inesperados y muy a menudo, la persona recuerda eso feo que le ocurrió. Al tener el recuerdo experimenta un gran malestar emocional y también un gran malestar físico porque su cuerpo se activa como si estuviera volviendo a ocurrir el evento traumático.

En esta investigación se estudió el uso de Tetris en pacientes en quienes el tratamiento estándar no funcionaba (TEPT complejos o refractarios). En concreto, tenían que recordar el evento traumático y luego jugar Tetris durante 25 minutos durante varias semanas (entre 5 y 10 semanas). Una vez finalizada la indicación se observó que el 80% de los pacientes habían respondido a la intervención y que los recuerdos traumáticos recurrentes e intrusivos se redujeron en un 64%.

La hipótesis que postularon los investigadores para interpretar este hallazgo fue que jugar Tetris fue efectivo dado que es una tarea visoespacial que interfiere en los pensamientos intrusivos. Es decir, los recuerdos no logran volver a “reconstruirse” por la interferencia visual que genera el Tetris. Además, como dato curioso, la eficacia de la intervención no tenía que ver con jugar bien sino simplemente con jugar.